martes, 13 de diciembre de 2011

"El hombre más bueno del mundo".

Hubo una vez en un pueblo muy lejano de China, un hombre anciano al que todos sus vecinos lo consideraban "el hombre más bueno del mundo". Dicho apelativo lo había ganado debido a la fama que tenía de no haber lastimado a hombre alguno en toda su vida. Nunca había discutido con nadie, nunca había engañado a nadie, nunca había hecho llorar a nadie, nunca había levantado la voz. Ni una sola pelea con los vecinos, ni una sola vez había regañado a un niño por jugar cerca de su propiedad, nunca riñó con su esposa, nunca insultó a nadie, ¡NADA!

En verdad era un hombre muy admirado, tomado siempre como ejemplo en las asambleas del pueblo. Era el hombre a seguir.
Sin embargo, hay que aclarar el porqué de tamaña fama de este anciano: nunca hacía nada, nunca hablaba con nadie, nunca interactuaba con su prójimo, no era casado... Todo lo que hacía desde el amanecer al anochecer, era sentarse a mirar un árbol que crecía en su jardín. Este árbol era un árbol de Katsura y había aparecido de forma espontánea en su jardín desde hacía unos años. El anciano, que antes del árbol sólo se sentaba a mirar la nada, consideró este suceso como una señal de Dios, en aprobación a su quietud.

Es así como el anciano se sentaba a mirar su árbol muy cuidadosamente. Miraba y repasaba cada detalle una y otra vez. Sentía que podía saber cuántas hojas y flores había en las ramas, a pesar de que el árbol medía cerca de 15 m de alto y tenía muchas ramificaciones de variados tamaños. Miraba el color marrón claro del tronco que cambiaba a tonos amarillos en otoño. Sabía cuando se había desprendido una hoja, sabía cuando el viento se llevaba alguna flor, sabía cuando eran polinizadas las flores, sabía que esa era su misión en el universo de Dios.

Cierto día corrió la voz en el pueblo de que llegaría un sabio de una aldea lejana. Este hombre estaba haciendo un recorrido por muchos poblados, enseñando a la gente que quiera oír, la forma correcta de afrontar la vida. El sabio postulaba que el amor era la única forma de hacer del mundo un mundo mejor. Con el amor se podría llegar a desarrollar la fuerza de Dios.

Fue así que el anciano, al oír de la pronta visita del sabio se alegró pues por fin alguien reconocería oficialmente su bien, y el día que éste llegó, la gente de la aldea lo llevó a la casa del anciano. Ahí estaba él, sentado, mirando el árbol, simulando ni siquiera mirarlo, a pesar de que estaba ansioso de que lo alabe frente al pueblo.

Ahí está- dijo un joven al visitante-, mírelo, el hombre mas bueno del mundo.

Sí, él es -respondió una mujer ya entrada en años-, nunca le ha hecho mal a nadie, es un hombre privilegiado, no tiene karma.

El sabio lo miraba cuidadosamente mientras que el anciano hinchaba el pecho, orgulloso de su bien.

¿Cómo se llama?- preguntó el visitante.- No lo sabemos- respondió la mujer-, nunca ha hablado con ninguno de nosotros. Solamente mira el árbol de Katsura.

El sabio se paró frente al público y contó: "Cierta vez conocí a un hombre. Verdaderamente tenía amor en su corazón. El problema era que no sabía sacarlo fuera, no lo podía demostrar con facilidad, incluso llegó a pensar que no podía amar. Se esforzaba mucho, pero cada vez que se acercaba a una persona, terminaba lastimándola. Quizás era producto de su poca reflexión, quizás no era aún su tiempo de amar, pero él se seguía esforzando. Nunca tuvo malos sentimientos ni intenciones pero lastimó, hirió a la gente que él más quería y a los que más lo querían a él".

Eso me pasa a mí- bramó un jovén-, no sé amar y he lastimado.

Lo mismo me pasa a mí- dijo otro-, pero más me lastimo yo mismo cuando sé que alguien sufre por mi culpa.

Así varias personas empezaron a contar su situación, las mismas que eran muy parecidas a la del hombre de la historia y diametralmente diferente a la del anciano, el hombre más bueno del mundo...

"Bueno, dijo el visitante, ese hombre del que les hablo fui yo. Yo lastimé, yo me equivoqué, pero... Yo aprendí. La vida es una total acción, después de aprender viene el silencio y la aplicación de lo aprendido por experiencia. La vida es un continuo camino en el que la gente no sabe a ciencia cierta qué pasará, pero la confianza en nuestro bien y nuestro amor es lo que nos mantiene firmes en el camino. Y si caemos por la oscuridad que está al frente, sabemos por nuestra misma fe en Dios que nos podemos levantar una y otra vez, hasta alcanzar la maestría. Eso solamente es posible aprendiendo, equivocándonos y redimiéndonos. Pidiéndo perdón por nuestras fallas a Dios, a los demás y a nosotros mismos. Amando, lo cual a veces no es tan fácil como pensamos, pero se aprende".

El sabio pudo reconocer una expresión de desconcierto en la cara del anciano y añadió: "Dios no te culpará por decidir sentarte y alejarte de todo pero, ¿qué has amado?, ¿qué aprendiste?, ¿de qué has pedido perdón? El hombre más bueno del mundo no es el que no hace nada para no lastimar, por el contrario, lo es el que tiene el valor para afrontar la vida, equivocarse, apoyarse en su fe y volverse a levantar para seguir aprendiendo. Es el que agradece y pide perdón. Es el que reflexiona de sus errores y se esfuerza transparentemente en no volver a fallar".

"Si lastimaste a alguien y lo sientes en tu corazón, pide perdón.
Todo deberá estar mejor.
Si lastimaste sin querer aprende de ello.
Huir para no volverlo a hacer o dejar de arriesgar no será la solución".

La Mejor Religion del Mundo Según el Dalai Lama

           
Leonardo Boff:
“En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (yo y el Dalai Lama) participábamos; yo, maliciosamente, mas también con interés teológico, le pregunté en mi inglés defectuoso:

- “Santidad, cual es la mejor religión?”

Esperaba que dijera: “El budismo tibetano” o las religiones orientales, mucho mas antiguas que el cristianismo.”

El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos – lo que me desconcertó un poco porque yo sabia la malicia contenida en la pregunta – y afirmó:

“La mejor religión es la que te aproxima mas a Dios, al Infinito”. Es aquella que te hace mejor.”

Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté:
- “Que es lo que me hace mejor?”

El respondió:

- “Aquello que te hace mas compasivo, mas sensible, mas desapegado, mas amoroso, mas humanitario, mas responsable, … La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión.” 

Callé maravillado, y hasta los di­as de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutable…


http://www.generaciondejesus.com/music/juventud.mp3

¿Importa Qué Clase de Música Escuchamos? Por Paul Jehle

Una breve explicación de la verdad Bíblica de que la música no es neutral. O edificamos nuestras mentes para ser creativos desde adentro o las esclavizamos a las impresiones externas, dependiendo de la clase de música que habitualmente escuchamos.
En la vida cristiana, ¿agradamos a Dios con sólo tener buenas intenciones y ser sinceros? Las Escrituras enseñan lo contrario: se necesita mucho más que intenciones y sinceridad para agradar verdaderamente a Dios.
Al devolver el arca a Jerusalén, David intentó usar la misma carreta construída por los filisteos. Tenía la intención correcta, pero el método equivocado. ¿El resultado? Uza murió cuando los bueyes tropezaron, pues representaba el esfuerzo del cristiano por lograr metas espirituales con medios carnales. David sí logró llegar hasta Jerusalén con el arca, pero sólo después de corregir su métido, llevándolo sobre los hombros de los sacerdotes con barras (I Crónicas 15:15). Tanto el contenido como el método tenían que ser correctos, pues uno no puede usar un método pagano para lograr un objetivo espiritual.
I Corintios 3:10 nos dice que debemos mirar cómo edificamos. No podemos edificar sobre nuestro fundamento en Cristo como nosotros queramos. Sólo hemos de edificar como El manda. II Timoteo 2:5 nos dice que como atletas, hemos de ser obedientes a las reglas del juego para poder ser coronados con victoria. La manera de jugar es tan importante como la victoria misma.
¿Por que presento estos argumentos? Es porque en todas las áreas de nuestra vida, tenemos que ser Bíblicos en nuestras intenciones y en nuestros métodos si vamos a agradar a Dios. Espiritualmente, cualquier buena obra se convierte en pecado si no se realiza " en el Espíritu" o con la actitud correcta. Académicamente, una materia sólo es cristiana si tanto sus conceptos como su propósito están estructurados Bíblicamente. Nuestra conducta como creyentes sólo es pura si estamos trabajando en el poder de El, y no en la nuestra.
La música no es ninguna excepción. Tanto la letra como la música tienen que sujetarse a principios Bíblicos para que sea verdaderamente edificante. El creyente no santifica automáticamente su música, ni tampoco el incrédulo lo hace pagano. Nuestro discernimiento necesita ir mucho más allá que esto.

El Proposito De La Música
En el Antiguo Testamento, Saúl fue atormentado por un espíritu malo por su desobediencia a Dios. Sin embargo, cuando David tocaba su música, ésta ayudaba a Saúl y experimentaba liberación. La Biblia declara que, "Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartó de él," (I Samuel 16:23). Saúl tenía alivio en su cuerpo, era sanado mentalmente y liberado espiritualmente. La música, independientemente de la letra, nos libera o nos esclaviza espiritualmente.
La palabra "música" viene de la raíz muse y significa "considerar, pensar bien; estudiar en silencio". Al crear la música, Dios nos proveyó un medio para expresar nuestro amor por Jesucristo de una manera inteligente y significativa. Webster identifica en la música por lo menos tres ingredientes claves; melodía, armonía, y sucesión (o ritmo). Los rudimentos de la música nos explican en detalle cómo fue influenciado Saúl positivamente por la alabanza de David.
La palabra "melodía" viene del griego melos y significa "cantante de alabanzas." Tanto Efesios 5:18-19 como Colosenses 3:16 hablan de "cantar en vuestros corazones al Señor." De modo que la melodía de la música está diseñada para ministrar al espíritu, porque en cierto sentido está casada con la letra y se eleva y cae paralelamente al mensaje del canto.
La palabra "armonía" viene del griego harmos y significa "sitio de unión," uniéndola al alma o la mente del creyente. La manera de transformar nuestras vidas a la imagen de Cristo es mediante la renovación de nuestro entendimiento. De manera que una armonía apropiada en la música que escuchamos refleja la paz de nuestra manera de pensar en relación con los principios de la Palabra de Dios.
La palabra "rítmo" viene del griego rheo y significa "flujo or latido del pulso", uniéndolo directamente con el cuerpo. Nuestros cuerpos fluyen en un ritmo constante. Nuestros órganos internos, circulación sanguínea y pulso laten contantemente dentro de nosotros. Sin embargo, este pulso de la vida sostiene nuestra vida de servicio a Dios, no nos debe estar guiando o empujando. Cuando corremos, nuestro pulso se hace más evidente, e igualmente, el ritmo de nuestros cantos se vuelve más notorio y vivaz al expresar conflicto espiritual o cierto tipo de acción.
Así que la música es la expresión de cada parte de nuestro ser en la adoración de Dios y de Jesucristo nuestro Señor. Es, en efecto, nuestro estilo de vida. La música que habitualmente escuchamos nos edificará o nos impedirá vivir vidas cristianas constantes. La letra, el compás musical y la armonía son todos para expresar a Dios de una manera hermosa y bella. Cuando la melodía, la armonía o el ritmo viola al balance de Dios somos engañados, vivimos de sentimientos, nervios o adrenalina en lugar de depender del poder de Dios.

Discernimiento De Música Piadosa
Dios declara en su Palabra que Lucifer fue creado originalmente como ángel de alabanza, (véase Ezequiel 28:13). Sin embargo, cuando cayó, su música cayó junto con él, y desde entonces él ha sido la inspiración de la música perversa en la tierra, (véase Isaías 14:11).
Cuando el hombre pecó, sus prioridades para la vida fueron trastornadas. Fue creado para vivir según el espíritu, escogiendo con su alma obedecer a Dios, y su cuerpo sujetándose a las órdenes. El hombre, en su condición pecaminosa y natural, ahora eleva el cuerpo al primer término, con sus pensamientos y voluntad esclavizados a los deseos sensuales, carnales, y como resultado, su vida espiritual en servidumbre al enemigo.
El hombre pecaminoso ha pervertido la música, como todo lo demás que Dios ha creado, de modo que ahora refleja su propia naturaleza egoísta. El profeta Amós observó esto cuando declaró que los cantos de Israel habían dejado de ser aceptables, debido a la condición de su corazón y sus métodos de adoración, (Amós 5:23).
Los cantos swing de la década de los 20, el jazz de los 40 y el rock de los 60 elevó el ritmo por encima de la melodía y la armonía. Existen pruebas de que, como resultado, somos una nación de neuróticos. El rock de los 60 fue el fruto de una progresión de música impía, pero en la actualidad muchos piensan que nada tiene de malo. Esto se debe únicamente al hecho de que la música de los 90 es tan mala que la otra parece buena por comparación. Debemos de examinar todo conforme a las normas de Dios, no por la relatividad de la comparación de la actualidad. La música y el arte de una cultura manifiesta a su dios, y la música de los Estados Unidos ha reflejado su deterioro. ¡Es tiempo de que la iglesia despierte!
La música pagana y sensual frecuentemente pone el énfasis primario en el rítmo. Desde la televisión hasta los llamados cantos de alabanza, se exalta el contra tiempo pesado del rítmo por encima de la melodía y armonía apropiada. La discordia ha desplazado a la armonía; y la repetición hipnótica de patrones sosos de notas ha substituído a las melodías deleitosas que expresan el gozo de la creación de Dios. Con una dieta de esta clase, no es de extrañar que el cristiano de hoy frecuente ignora del todo el poder de los Salmos de la Biblia y de los grandes himnos clásicos que han transformado a naciones enteras. La historia se ha inclinado hacia la piedad más frecuentemente por música cuyo poder radica en la letra, la melodía y la armonía; no en la elevación de su rítmo.

Al discernir la música que disfrutas, considera lo siguiente: ¿La letra armoniza con principios Bíblicos? ¿El cantante hace énfasis en los deslizamientos y el descuido, así como un estilo de vida impío? ¿La melodía tiene variedad, con notas agudas y graves en equilibrio para apoyar la letra? Y, ¿eleva el espíritu en lugar de producir pesadez? ¿La armonía domina sobre la discordia y usa variedad de expresión en lugar de los mismos acordes o un exceso de tonos menores? ¿El ritmo apoya a la melodía y el contenido de la letra, o te somete mediante una síncopa excesiva, invitándote a movimientos sensuales?
La Biblia nos exhorta a examinar todas las cosas antes de aceptarlas. Congregaciones enteras pueden ser engañadas, pensando que Dios está presente cuando no lo está, o ausente cuando está presente, porque la prioridad ha llegado a ser el rítmo y una "elevación" artificial en lugar de una verdadera unción. La clase de música que habitualmente disfrutamos tiene gran importancia. O nos volvemos libremente creativos y expresivos, o dependientes de la estimulación y la impresión.

sábado, 3 de diciembre de 2011

HISTORIA SOBRE LA PAZ


Érase una vez un rey que ofreció una gran recompensa al artista que hiciera el mejor cuadro sobre la paz.

Muchos artistas lo intentaron.

El rey estudió todos los cuadros. Sólo había dos que le gustaron de verdad. Y tenía que elegir uno.

Uno de los cuadros representaba un lago tranquilo. El lago era un espejo perfecto en el que se miraban las gigantescas montañas de alrededor y encima un cielo azul con nubes blandas y blancas.

Era el cuadro perfecto de la paz.

El otro cuadro tenía también montañas, pero éstas eran puntiagudas y desnudas.

El cielo iracundo diluviaba y lanzaba rayos letales. A un lado de la montaña caía una cascada espumante nada pacífica.

Cuando el rey observó el cuadro vio detrás de la cascada una planta diminuta que crecía en la hendidura de la roca. En la planta un pájaro había construido su nido. Allí, en medio de las aguas furiosas y turbulentas, estaba acurrucada la madre del pájaro en su nido en una paz perfecta.

¿Qué cuadro ganó el premio?

El rey eligió el segundo. ¿Por qué?

Porque la paz no significa estar en un lugar donde no hay ruidos ni problemas ni duros trabajos. Paz es vivir en medio de todas esas turbulencias y sin embargo tener tranquilo el corazón.